El turbante es de origen asiático medio oriental. Los turbantes tienen la posibilidad de ser de muchas formas, tamaños y colores, aunque su longitud extraña vez excede los 5 metros. No obstante desde la revolución islámica en Irán, el color es esencial y excluyente en puntos políticos religiosos, y esto es visible entre esos que usan el color negro (a quienes se relaciona como descendientes directos del Profeta Mahoma) y esos que le queda portar el color blanco, que son colocados en un espacio menor y secundario tanto en lo político como lo popular.

Este actor y diseñador habla sobre el turbante. Ver video aquí





En la civilización islámica, el turbante (en lengua árabe: imamah) es un considerable elemento espiritual de la fe.

En la vida día tras día, el turbante fue de gran ayuda para protegerse de la arena del desierto, de esta forma como para aminorar los efectos de las altas temperaturas y la intensidad de la luz del sol. En los recientes países del Golfo Pérsico, esta prenda fué reemplazada por la chalina blanca o roja llamada kufiyya o shumagh.

Los dirigentes islámicos tienen la posibilidad de ser vistos utilizando turbantes, en especial los eruditos del chiismo, quienes se han vuelto conocidos por ellos: los de «color negro» como el Ayatollah Khomeini, el de hoy «Guía Supremo» Ali Khamenei, o el jefe del grupo político terrorista del Hezbollah (Partido de Dios), Hassan Nasrallah, considerados descendientes del Profeta.

Nadie cuestiona de que en la pelea política interna del Irán de hoy tienen la posibilidad de hallarse en esta disparidad de colores la suerte política (negativa en sus pretensiones recientes, entre otras cosas, del exponente del «color blanco» Ali Rafsanjani).

Los judíos de los países árabes comúnmente además llevan turbantes, gracias a la asimilación cultural. En Afganistán, en algún momento los alumnos fueron forzados a usarlo bajo amenaza de pena de muerte en tiempos del gobierno Talibán.

El estigma en oposición a los turbantes desató algunos hostigamientos a comunidades musulmanas en Occidente luego de los asaltos del 11 de Septiembre de 2001 y otros golpes del terrorismo yihadista.

El agal  es un cordón que se usa para sujetar a la cabeza cuando se ubica la kufiyya o kefiyya o pañuelo palestino. Comúnmente está compuesto por algodón o lino y se frecuenta llevar envolviendo la cabeza de distintos métodos, tanto para asegurar del frío como del sol. En ambientes desérticos además tiene la posibilidad de tener herramienta para asegurar la boca y los ojos del viento y la arena. El color que tiene el fondo depende la zona: de color negro (en Siria, Irak, Gaza y Ramallah) o rojo (en Jordania, Arabia Saudita y los países del Golfo).

Originalmente, el nombre kufiyya procede de la región de Kufa, Irak (Al-Kūfa en idioma árabe) y dió lugar al castellano: cofia.

Además de kufiyya hay otros términos para designar el mismo pañuelo o alguna de sus variedades. De esta forma, en la medialuna fértil del Mediterráneo y la Mesopotamia además está muy extendido el vocablo chal.

El tarbush de color marrón era usado por los palestinos en las localidades para marcar la diferencia de los del campo.

Yasser Arafat utilizaba una kafiyya blanca y negra, que se transformó en símbolo de la causa palestina
En la época de la década de 1960, los fedayyines palestinos retomaron la kufiyya como emblema de pelea nacional. De esta forma, los adolescentes palestinos, hombres y mujeres, han comenzado con su uso como exhibe de identidad nacional y de activismo. De aquella etapa data la organización de la kufiyya con dirigentes palestinos cuestionados como terroristas, como Yasser Arafat o Leila Khaled cuyas fotos con kufiyya tuvieron enorme encontronazo mediático. Fuera de la zona se la ha reconocido desde ese momento con la causa palestina, razón por la cual es popular además como «pañuelo palestino».

Más allá de que la kufiyya clásico de los palestinos es blanca y negra, en el seno de la Organización para Liberación de Palestina (OLP) militantes de organizaciones de izquierdas se han reconocido llevando kufiyya blanca y roja, y por contraste las negras se han asociado con militantes de Fatah, la organización hegemónica dentro de la OLP.

En la actualidad es habitual ver a adolescentes a nivel mundial con ediciones de la kufiyya en rosa, azul, marrón y otros colores, no obstante, varios árabes ven como un insulto al símbolo comunmente relacionado con la causa palestina.

Además, algunos piensan la kufiyya como un símbolo de respaldo al terrorismo gracias a que terroristas yihadistas autodestructibles (incluidos palestinos) la usan, aunque este pañuelo es una prenda de uso milenario en los países árabes.

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