LA HOSPITALIDAD, EL RESPETO Y EL TRATO HACIA LOS CONVIDADOS ESTÁN ENTRE LAS PROPIEDADES MÁS INDISPENSABLES DE LOS TURCOS
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Durante la historia, los turcos brindaron consideración a sus huéspedes. La hospitalidad, el respeto y el trato a los convidados están entre las propiedades más indispensables de los turcos. Luego de la transformación al Islam, el respeto hacia los huéspedes se creció más y los mismos fueron considerados como los enviados por Alá. El respeto exhibido por Mahoma a los huéspedes les incitó a otros a tratar y respetar bien a los convidados. Los hadices como “no hay ninguna benevolencia de parte de quien no recibe a huéspedes en su hogar”, “Alá le quiere a quien visita a su hermano creyente” o “ofrecer dádivas a quien le visite” son la evidencia de que Alá le quiere a los huéspedes y hospederos.
La virtud de la hospitalidad se expresa de esta manera en uno de los hadices: “Alá envía a un ángel a un lugar de vida antes de enviar a un huésped. Este ángel se disfraza de un pájaro blanco. El ángel permanece encima de la puerta de la vivienda y saluda a los habitantes. Gabriel le pregunta al pájaro: ¿Qué tienes que ver con este amo de casa? El ángel responde: “Me envió Alá para que les dijera que próximamente va a existir un huésped en su lugar de vida. Es la abundancia de 40 días que obsequia del Paraíso. Gabriel provoca que el ángel disfrazado de pájaro logre ingresar en el lugar de vida. Tiene una parte de papel en su boca. Gabriel le pregunta qué es eso. El ángel le dice que “es la garantía de salvarse de las llamas del Infierno”. Para los turcos, el huésped es la persona enviada por Alá. Hospedar a los convidados es una misión elemental. El profeta Abraham les esperaba a lo largo de días a sus huéspedes, ni podía comer sin ellos.
Sugerir comidas al huésped, no dejarlo hambriento y lograr que esté práctico son los dones que Alá otorga consideración. Además, se debe recibir a los huéspedes llevando las ropas más lindas. El profeta Mahoma se ponía las ropas más lindas cuando alguien le iba a conocer. Aconsejaba que los otros hicieran lo mismo.
Los turcos pensaban en los que hacían viajes de largas distancias. Hicieron crear caravasares, las posadas selyúcidas donde los transeúntes tengan la posibilidad de alojarse y cenar sin abonar ninguna cuota. Los caravasares fueron construidos por primera oportunidad de parte de los khanos selyúcidas a finale del siglo X en Asia Central. Los usuarios matan su hambre y descansan en estos sitios. Además, hay partes para los caballos en los caravasares. Se cuidaba de ellos además. Se prestaban varios servicios gratis aquí.
La llegada de un huésped es la abundancia y la benevolencia para los amos de casa. El pueblo anatoliano piensa que el convidado viene con su pan de todos los días. Los turcos la califican a los convidados como “los huéspedes de Dios”. Los huéspedes se tienen que recibir bien independientemente de conocerse la llegada. En Anatolia hay muchas prácticas sobre los convidados en Anatolia. Cuando un individuo viene a conocer la vivienda, jamás se le pregunta si tiene hambre o no. Preguntar es una falta de respeto. Un procedimiento para comprender si el huésped tiene hambre o no es elaborar un café turco y darle con un vaso de agua además. Si el huésped consume el agua antes del café, entonces tiene hambre. Según la edición, el agua ofrecida al costado del café es para que el huésped logre limpiarse el interior de la boca de los sabores de otras comidas y perciba el gusto del café turco.
“Coma más, por favor”
El amo de casa se precipita para sugerir comidas a su huésped a quien no se hace aguardar. La práctica de hospedaje más corriente en Anatolia es la insistencia del hospedero para que los convidados coman las comidas brindadas. Aunque el huésped dice que en este momento se encuentra saciado, el amo de casa insiste siempre para que coma más.
La multitud de Anatolia siempre está sonriente y amable. No dice expresiones en prominente a sus hijos mientras el huésped está ahí, porque romper el corazón del huésped es un pecado para ella. Despedir a los convidados es tan sustancial como recibirlos. Los amos de la vivienda dan el hasta pronto al huésped hasta la puerta y le dicen “perdónenos” o “vuelva otra vez”. Cuando los huéspedes ingresaban en la vivienda luego de quitarse los zapatos enfrente de la puerta, los amos de casa giraban las puntas de los zapatos de manera que miraran hacia dentro. Eso significaba que el hospedero está “muy satisfecho por la llegada de los huéspedes” y que está aguardando a que “venga a conocer otra vez”. Lo opuesto va a ser “no vuelvas a venir”.
Allaju akbar