Desde las primeras páginas de Lila, la novedosa novela de Gonzalo Unamuno (Buenos Aires, 1985), se sabe que Germán Baraja, personaje principal y narrador de la historia, es un femicida. La novela toma el encabezado del nombre de la víctima, una mujer de 40 años, hija de diplomáticos, exa ctriz de tiras televisivas y empleada de la Cancillería argentina. Baraja, que ya había protagonizado la novela previo de Unamuno, integra una estirpe de psicópatas de la literatura local, entre los que se puede integrar al personaje principal de El túnel, de Ernesto Sábato, y a los antihéroes de Doble delito, de Ariel Magnus, y de Las causas del Lobo, de Liliana Escliar.
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«Escribí Lila con la intención de que el lector se interese en el razonamiento de un perverso misógino, ególatra y manipulador, que tiene un interminable menú de máscaras por medio de las que se camufla para llevar a cabo lo que sabe: el mal -dice Unamuno-. Germán Baraja, el personaje que narra en primera persona cómo y por qué arruina a esa mujer, es un psicópata que viene dentro, cosificador de gente que usa para su beneficio y después desecha». En la novela, lanzada por el sello Factotum, Baraja ejerce una crueldad psicológica sin atenuantes que va mermando la autovaloración de Lila.
La novela de Unamuno se publica en una etapa que en que los reclamos del feminismo por una sociedad más igualitaria en la Argentina se ensombrecen con las estadísticas de episodios de crueldad de género. «Hoy observamos el modo en que el patriarcado generó crueldad y castración en todo tema en el que intervino -indica el autor-. La mujer, el homosexual, la lesbiana, el negro, el pobre y tantísimos otros mal señalizados como ‘minorías’ fueron perseguidos, asesinados y expulsados de un esquema exclusivo de razonamiento que nunca les quiso ofrecer lugar. Solo el hombre blanco, heterosexual, saludable y exitoso estuvo fuera de los alcances de esa maquinaria represiva que determinaba cuál era tu mandato en la vida. Pero eso se está acabando».
Lila avanza en el presente y el personaje de Baraja padece los adelantos del movimiento feminista local como si fuera una peste. Sus soliloquios, colmados de desprecio por las mujeres, reproducen en parte discursos que circulan en la esfera pública. «Era ese movimiento internacional de féminas abortadoras con tanta prensa y tanto hastío y tanta interacción entre sí, el instante de la fractura total de un mecanismo de razonamiento; entonces me contuve para no evitarle el inconveniente en cuotas que le había estipulado a su futuro inmediato», razona el personaje cuando se cita con Lila en un bar porteño.
Para el escritor, la crueldad siempre la ejercen los que no tienen razón. «Detrás de la crueldad del femicida está mencionado su identidad masculina», dice. No obstante, Unamuno desconfía de los varones que se vuelven feministas de un día para otro. «Todo hombre está o debiera estar frente una interpelación profunda, escencial, sobre su masculinidad. La literatura que hago y me atrae, provocadora y díscola, no puede desentenderse de su tiempo. Cuesta referenciarse en abuelos, padres, tíos, hermanos, ídolos, cuando representan, en varios puntos, el cuadro que hay que bajar: el del macho en extinción. Cuando el pasado es una carga donde no podés referenciarte, tenés que llevarlo a cabo en quienes te conducen a la transformación, al futuro», advierte el creador sobre su trabajo y el de otros escritores argentinos.
En la novela previo, Que todo se detenga (de 2015), Baraja pasa un fin de semana consumiendo drogas y despotricando contra lo que considera «clichés de la etapa», circunstancia que además se reitera en algunos pasajes de Lila. Pero en la novedosa novela, la misoginia del personaje se moderniza y pasa, lastimosamente, a la acción. «Mi iniciativa es escribir una tercera novela para cerrar una ‘trilogía de Germán Baraja’, la trilogía del mal o de la psicópata. Esta novela es un viaje al interior de un razonamiento perverso, misógino o maligno». En octubre, la primera novela de Unamuno va a ser llevada al cine por Juan Baldana y el actor Lautaro Angosto encarnará al personaje del femicida.