Convencida de que las extrañas muertes de sus familiares fueron orquestadas por un novelista para quien trabajaba, Luciana recurre a un periodista para exponer su verdad.
¡Hola de nuevo mis queridos lectores! Estoy muy intrigada con el cine argentino pero no deja de decepcionarme. La ira de dios, estreno exclusivo en la plataforma en junio, convocó a Diego Peretti, Juan Minujin y Macarena Achaga. El film esta basado en la obra literaria del bahiense Guillermo Martínez La lenta muerte de Luciana B. Voy a recomendarles, desde principio, la lectura de esa magnifica novela que supera notablemente a la película.
Luciana es una joven que trabaja tipeando textos con Kloster, un escritor de excelencia casado y con una pequeña hija. Sin embargo todo se complica cuando se siente atraído por Luciana e intenta besarla. Ella renuncia, y por consejo de madre, denuncia por acoso sexual y trabajo en negro a su ex jefe. La carta documento llega a manos de su esposa (Mónica Antonópulos) que sufre de una depresión y goza de poco equilibro mental. En un extraño ataque mata a su hija y decide suicidarse. Este es un punto en el que difiere con el texto literario, ya que ahí su mujer logra ser rescatada a tiempo con lavaje de estómago. La historia se desarrolla a lo largo de una década, Luciana pierde a sus hermanos, padre, madre y abuela en diferentes sucesos que ella vincula con Kloster porque ella les había contado detalles que la hacen sospechar de él. En la novela el primero que muere es su novio Ramiro, el guardavidas, pero como observamos en la pantalla el personaje que se le adjudica tal accidente es su hermano. Otro aspecto en el que difiere, es el lugar donde se suicida Luciana, y el hecho que ella va hacia Kloster cuando en realidad es él quien va a su encuentro, la nota final en picaporte indica que esas eran sus intenciones. Pero en la película, el suicidio para provocado por el escritor. También el increíble parecido de Valentina a la Luciana de hace 10 años atrás es algo que no se logra apreciar en la pantalla.
Es interesante hacer este juego de las las diferencias entre la película y el texto literario. Para terminar descubriendo que la escritura, en este caso, superó al séptimo arte. El guión es deficiente, ambiguo e incluso no logra vincular al espectador con los personajes. Estos últimos les falta más profundización y menos interpretaciones exageradas. Puede que la dirección haya fallado en estos aspectos porque no le faltaba presupuesto de la plataforma multinacional. Peretti parece continuar en el personaje de Julián el escritor de Ecos de un crimen, al menos a mi me dió esa sensación. Esteban Rey (Juan Minujin), el periodista que socorre a Luciana, no tiene nombre y apellido en la novela de Martínez, no hay que demasiado listo para darse cuenta que homenajea a Sthepen King, el escritor best seller americano, un maestro del terror y suspenso. Lo que no logro entender es por qué hacen ese homenaje en el periodista y escritor, nada lo distancia más.
En fin, el trailer de la película apostaba a 98 minutos de suspenso psicológico, que logra decepcionar al espectador. La trama principal que se basa en la Ley del Talión, un principio de justicia retributiva, en el que el castigo no equivalía sino que era idéntico a los daños oacasionados ¿No fue suficiente castigo las cincos muertes de sus familiares queridos e incluso la de ella? El castigo no era una muerte por una muerte, sino que fuera idéntico el dolor del Kloster por el dolor de Luciana. Sin embargo, en la novela de Guillermo Martínez, existe un poder más oscuro, primitivo y difícil de desentrañar que brilló por su ausencia en la producción de Netflix. Dejo que ustedes saquen sus propias conclusiones después de haberla vista o leído. Hasta el próximo post queridos lectores.