La nueva miniserie de Netflix que liquidas en un fin de semana. David y Margot tienen vidas diferentes, de esas que nunca se cruzarian. Ella es la heredera de un imperio hotelero, tiene un piso de 300 metros cuadrados, y él tiene tres trabajos para lograr llegar a fin de mes, vive con dos amigos y su beba y duerme en un sofá. «Érase una vez una mujer que lo tenía todo y un chico que no tenía nada. Érase una vez una historia de amor entre el éxito y la duda».

Amantes de las historias románticas, de las historias de amor empedernidas, de los finales felices, esta es una película que no puede faltar en tu largo repertorio. Un cuento perfecto basada en la novela bestseller de Elisabet Benavent, del mismo nombre, y el tercer proyecto de la autora plasmado en la pantalla. Retrata la historia de dos perfectos extraños que por casualidad conectan sus caminos a través de sus historias de desamor. Ambos hacen un trato de ayudarse mutuamente a recuperar a sus ex parejas.

David, Álvaro Mel, y Margot, Anna Castillo, emprenden un viaje hacia el amor. Esta pareja me recuerda que el amor a primera vista esta sobrevalorado, el amor es una construcción que se forja en un viaje de conocimiento, conocimiento del otro y de nosotros con el otro. Y es aquí cuando me viene esta frase «solo se puede amar aquello que se conoce» (si alguien conoce al autor de esta frase me lo deja en comentarios). Ellos se enamoran por como se sienten cuando uno está con el otro, sin idealizarse en el camino. Algo que ambos hacían con sus respectivas parejas: David parece convencido de que ama a Idoia pero en realidad ama el deseo que ella provoca en los demás e idealiza su relación carnal. De igual forma, Margot idealiza a Filippo porque representa los ideales que su familia, más bien su madre, proyecta en el marido perfecto para ella.

Si bien, me considero una fanática de las historias románticas, esta es otra más que cae en el cliché, y la historia de amor se repite: la clase social a las que pertenecen los amantes los distancia, las dos hermanas entrometidas que condicionan las acciones de Margot, la madre autoritaria, el joven desposeído de la estabilidad económica y el viaje perfecto a un lugar romántico. Nada nos sorprende, salvo el final y esa doble vertiente que nos deja pensando en las dos caminos que podría tomar la historia. Pero no nos olvidemos del titulo de la novela y la serie imposible que no cayera en el cliché de las historias románticas.

Cabe recordar que los escenarios en donde se rodó la miniserie son espectaculares, las edificaciones, los paisajes, la calidez de los vestuarios y los colores nos hace palpitar esa brisa de verano que viven y nos transportan a ese calor pasional que ambos crean.

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